Declara Ramón Valencia que en la famosa corrida del
domingo pasado en Sevilla, o Corrida de Resurrección, se perdieron 96.000
eurazos: http://www.aplausos.es/noticia/17247/Noticias/Ramon-Valencia:-El-Domingo-de-Resurreccion-perdimos-96.000-euros.html
¿Cómo es posible perder dinero, si las 3 figuras, a
saber, Morante, El Juli y José María Manzanares, colgaron el letrero de no hay
billetes, lo que en blanco castellano significa que agotaron la boletería?
Como se nota en cualquier comentario sobre esta
noticia, el clamor del aficionado se alza contra la empresa, reclamando entre
otras cosas el alto valor de los boletos. Deformemos la pregunta: ¿Cómo es
posible perder dinero, si las 3 figuras, a saber, Morante, El Juli y José María
Manzanares, colgaron el letrero de no hay billetes, lo que en blanco castellano
significa que agotaron la boletería, y la boletería fue además muy costosa?
La cifra es escandalosa, y aunque aparentemente es
inconcebible perder TANTO con una plaza llena, entradas costosas y poca
publicidad, la realidad es que acá solo hay un culpable: el cobrador, que cobró
mucho.
Si hubo casi un escándalo religioso con la
revelación de las intenciones económicas de Tomás para torear en México
(600.000 dólares), no es exagerado suponer que 3 figuras en un solo cartel
sobrepasen esa cifra con facilidad; de hecho, si se revelaran los honorarios de
cada torero-figura, creo que habría una revolución, una náusea estomacal de
cualquiera, por torerista que sea.
Bien, vamos: 3 figuras del toreo, plaza llena,
entradas costosas, y sin embargo, queda faltando casi 100.000 euros por pagar,
o que pagados como caballeros, se han perdido, esto es, a cada torero se le
deberían más de 30.000 euros por encima de la cifra que logró la recaudación
del llenazo en la plaza; siguen cobrando como reyes (pues eso de los 30.000
restantes no es ni la quinta parte de lo que cobra una figura), insisto, siguen
cobrando como reyes por torear reses de maletilla miserable.
Pues no olvidemos que rechazaron 12 toros; la
corrida salió parchada y si estuvo presentada, es porque al ganadero se le
obligó por la circunstancia, a hacer uso de toros ya reseñados para una plaza
más seria. No olvidemos: hicieron todo lo posible por meter 6 toros y luego
otros 6 tan mal presentados que ni siquiera la junta técnica, que siempre
aprueba cabras en aquella plaza, pudo rebajarse tanto y darle el visto bueno a
dos corridas (12 toros) enteras; es abusivo cobrar por esto tanto.
Otro de los reclamos habla sobre el dinero que el
empresario pierde al no televisar la corrida: Canal Plus ofreció 100.000 euros
por tarde (lo que perdieron!); así, cualquiera saltaría de nuevo sobre la empresa,
el dinero perdido es producto de no televisar la corrida. Bien, como es sabido,
por ejemplo, y en ello no hay misterio alguno, tan solo los derechos de imagen
de El Juli ascienden a 105.000 dólares; ¿es inteligente televisar la feria,
cuando esto redundaría en un aumento de lo cobrado por las figuras? No, no lo
es, es endeudarse y perder aún más, teniendo fe en que las figuras hagan algo.
Y esto es el quid de todo: la empresa se arriesgó a
perder tal cantidad de dinero, imaginando la gesta digna de Roldan o El Cid,
que 3 figuras del toreo harían en una super corrida donde como siempre, imponen
el toro con el que se sienten aptos para producir tauromaquia. Ese cuento, por
ejemplo, de que Morante torea cuando siente (toreo de sentimiento) cual artista
poseído de repente por el arte, es tan artero como ese otro cuento según el
cual, tan solo verle hacer el paseíllo paga la entrada. En ambos casos hablamos
de exageraciones, en realidad Morante no amanece un día con ganas de torear
pues lo visitan las musas, o lo elige el arte a él, mortal de repente
transfigurado en dios del toreo: da la casualidad que las musas siempre lo
visitan con la misma clase de toro, con nervio y noblón, cara agradable y sin
fuerza.
Bien, la empresa imaginaba que la corrida iba a ser
un boom mediático de proporciones bíblicas, que dispararía el abono, pues la
afición quisiera ver acaso a las figuras hacer lo que hicieron en la
Resurrección. Por eso se arriesgaron a perder dinero, y a ganar capital
mediático, que se traduce en mejor venta de abonos.
Pero aquí entra la parte malévola del asunto: se
rechazaron 12 toros (nunca hay que dejar de insistirlo), y salieron entonces
toros que iban para otra plaza más seria, y Morante y Manzanares, esperando la
perra de la Federica con la lengua colgando en la primera verónica, se tuvieron
que enfrentar a toros presentados. No hicieron nada. Algo hizo El Juli, por
supuesto exagerado por la prensa. El mismo público mexicanizado que no pidió el
indulto de Borgoñes pero sí el de Arrojado, incluso pidió el rabo para El Juli;
no lo suficiente como para disparar el abono, no lo suficiente como decir que
hubo 3 puertas grandes, un indulto, 3 del Príncipe o narraciones similares; la
empresa apostó, y perdió en ambos casos (en lo monetario, en lo mediático) y
por eso sale a los medios a llorar el dinero botado a la basura, como gesto de
lavarse.
En mi opinión, la empresa, que es mala, es la que
menos tiene la culpa en esto; el anuncio del empresario es como una resaca tras
la borrachera estúpida.
Lo único valioso de todo esto es que se caracteriza
algo claro: las figuras, ni llenando, son rentables para la tauromaquia; deben
bajar los sueldos y subir el toro, o esto se acaba. Gracias.
Nos miran y se burlan. |
Y mientras hay 96.000 euros públicamente
dilapidados, en Francia la dignidad es más barata (25.000) pero millones de
veces más valiosa, millones…. http://torear.blogspot.com.es/2013/04/de-pedro-de-llen-saint-sever.html