martes, 10 de septiembre de 2013

Descargar corrida completa: El Califa, El Juli y Miguel Abellán con victorinos en Bilbao



Este sí que es un documento valioso, y una rara pieza de colección para guardar: El Juli, en el 2001, con la supremacía de Tomás, Ponce y Joselito rondando, en plan de torero con ambición y ganas de comerse al mundo. De eso más bien poco queda. Entonces tenía que medirse a toros de ganaderías como Guardiola, Partido de Resina o, en este caso, Victorino Martín, en pleno Bilbao. Así que la descarga es recomendable: en la comodidad de su sillón, sírvase de ver una corrida que nunca jamás se volverá a repetir:

Corridas Generales

José Pacheco "El Califa"
Miguel Abellán
Julián López "El Juli"

Toros De Victorino Martin

Formato: Imagen ISO
Tamaño: 1.90GB Aprox.

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Descargar el documental MATADORES de Bio Channel

© 2012 BIO & PHILEAS PRODUCTIONS El universo del toro, que impregna la cultura y la historia de España, vive actualmente momentos de incertidumbre. Sin embargo, sus misterios, sus ritos y su tradición mantienen una magia intacta y las vidas de sus protagonistas siguen conservando para muchos el mismo atractivo.


Serie de 6 documentales de producción y emisión del Canal bio del año 2012.

01 - Matadores - Mamá, quiero ser Torero
02 - Matadores - La magia y los rituales taurinos
03 - Matadores - La verdadera historia del toro de lidia
04 - Matadores - Mas alla del ruedo
05 - Matadores - El arte, los toros y el flamenco
06 - Matadores - Los toros en el siglo XXI

Formato: XviD / Sonido: MP3
Tamaño de pantalla: 512 x 384
Duración: 23-24 min. x 6 capítulos
Canal: canal bio
Tamaño de serie completa: 1,3 Gigas aprox.

Cada capítulo tiene una duración aproximada de unos 23-24 min. En la serie documental dan su visión sobre la Tauromaquia personalidades diferentes del mundo del deporte, periodismo, política, música, cultura, etc., así como del ámbito taurino.

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lunes, 9 de septiembre de 2013

Sobre una goyesca y una canallesca


Mismo día, dos corridas de figuras, dos goyescas. En el primer caso, Morante se ha encerrado con toros de Juan Pedro Domecq en Ronda; en el segundo, El Juli, Ponce y Juan Bautista han tenido que sortear un encierro de Domingo Hernández sin llenar el coso de Arles; ambas corridas coinciden en vender un éxito que jamás pasa por la consideración del toro, porque incluso, saliendo uno indultado en Arles, nadie habla del toro; ¿se habría podido decir lo mismo hace años? Por ejemplo, hablar solo de lo bien que estuvo Paco Camino qué día en Madrid, resultaría inapropiado atrás de la década de los 90`s; siempre se decía el nombre del toro:

http://www.youtube.com/watch?v=-r_DWcpuIs0
                            

Pero si tuviésemos la tortuosa disposición de preguntarle a los que echan loas y pólvoras con las dos goyescas del sábado, siquiera el nombre del toro indultado por El Juli, o uno de los 6 toros de Morante, o el nombre del segundo toro de Bautista, seguramente se darían de narices contra el silencio. La respuesta a esta interrogante va más allá del simbolismo que entraña ese silencio: no hay nombre para el toro, porque el toro como valor está relegado en esta cadena de éxitos a costa de la bravura real.

Todos queremos cantar las bondades del empaque, la pureza y la magia del toreo del de la Puebla, pero nadie tiene la valentía de alzar la voz en contra de un encierro irregular y discreto de presentación, ni mucho menos nadie espera ver el tercio de varas de estos toros, con un picador goyesco. Muy romántico, muy poderoso visualmente todo, pero falta siempre el centavo para el peso.

Y hablar de lo ocurrido en Arles ya no es hacerlo sobre una goyesca, sino sobre una canallesca, a decir de un indulto injustificado para un toro que todos los grandes portales refirieron como intrascendente en varas, pero bueno en la muleta. Cuando dicen "bueno en la muleta" se refieren a un toro de bondad insoportable, tranco mexicano y media altura. Si baja la cabeza, no es por humillación, es porque ya llegó al tercio de muleta con la cabeza bajada una cuarta, expresión que antaño se usaba para el toro que pedía la muerte tras haber sido toreado bien; hoy el toro de las figuras piden la muerte antes de entrar a la muleta, y sin ser picados.

Todo esto se articula con la farsa de indulto en Mérida. ¿Para dónde va la cabaña brava con indultos, sementales y reatas como las actuales? A esta pregunta nos puede responder el bajón que sufre Núñez del Cuvillo, la ambientación de mundotoro para que le creamos a este toro, sobre el cuál pide el director de dicho portal una lidia incruenta; también puede responder un tipo de toreo que ni siquiera necesita saber los datos del toro, ¿o cómo se llamaba el toro banderilleado por Morante? ¿El de cornamenta apretada como si fuera de plaza colombiana?


¿Cuál es el problema con la depreciación del toro en el contexto actual, digamos, desde el indulto de Arrojado en Sevilla, pasando por el indulto de Mérida y el de Arles? Varias cosas: ausencia de transmisión, perjuicio para la cabaña brava en el contexto de monopolio actual, pérdida de enganche con la sociedad contemporánea al validar sus opiniones sobre abuso de animales indefensos. Se dice que el toro de las figuras también cornea, y se sacan las heridas de El Juli y Morante de manera morbosa para chillar en público que se irrespeta la sangre de estos hombres, pero se ignora que el toro duro ha producido este año muchas más cornadas, teniendo menos corridas. Y en cualquier caso, no se trata de que se toree un encaste, un tipo de toro y cierta edad e integridad para ser corneado, porque quien piense eso no sabe nada de tauromaquia; se habla pues de torear cosas distintas para resolver las dificultades de todas las castas, todas las transmisiones, y también, para garantizarle la buena salud y el equilibrio a la cabaña brava. Quien quiera cornadas, que vea cómo Morante chuza al toro con el ayudado, o cómo El Juli o Talavante se dan coba con circulares para devolver al campo a un toro inválido siquiera para montarse encima de una vaca, mientras Lagarto está muerto. Esas son las peores cornadas: la de quienes legitiman un toro que en contados años, no necesitará lidia.



http://www.feria.tv/video-2684_ronda--encerrona-de-morante.html



http://www.youtube.com/watch?v=jMzvWRCRHdM

miércoles, 21 de agosto de 2013

Julio Martínez Moreno responde a Mundotoro

Julio Martínez Moreno, autoridad que preside en el palco de la Plaza de Toros de Las Ventas, responde de esta manera a los injuriosos señalamientos levantados desde Mundotoro, a propósito de una oreja que no fue concedida a un novillero de la casa; la no concesión del despojo se ciñó al reglamento, que el presidente hace cumplir como reza su obligación. He aquí la carta:


Sr. Director de Mundotoro
Ruego publique estas breves lineas en respuesta a alusiones personales recogidas en su blog

Carta de Julio Martinez Moreno

En la época de Blasco Ibáñez esta suerte de cuestiones solían saldarse con un duelo;  como al parecer eso ya no se  lleva, uno tiene que orillar ciertos impulsos, recurrir  a la filosofía y mendigar que un viperino insultador le deje publicar unas breves líneas de replica.

Previo, el escrito contra el firmante conforma un rosario de sapos y ofidios en forma de presunta prosa, con diana personal y mala leche “made in” puerto hurraco. Eso si, todo ello salpicado de  alguna jocosidad digna de la mismísima portera de arapiles; lease, un presidente de las Ventas-el que suscribe-monta un sarao por tener “su minuto de gloria”; con dos….., sigamos, a este paso este hombre termina en alguna jaula de Telecinco.   Aquí, lo que da por el mismísimo es que después de  una ristra de años presidiendo todo queda en “un minuto de gloria”. pero hombre de dios,  si hasta a los funcionarios les reconocen trienios,  concédame  al menos  tres cuartos de hora; en fin, lo dicho,  esto es y así esta esto de la critica en algún blog

Vaya una declaración  de principios, uno  esta en el palco de  la primera plaza  de toros del mundo para aplicar el reglamento y si es posible que esto no se  convierta en una plaza de talanqueras, así  que cada cual lo entienda como quiera; , pero mire, ¿como se cuentan las mayorías?,  ¿pañuelos o griterío?, ¿el vociferio computa y es descifrable su heterogéneo contenido?;  claro hablamos de mayorías porque lo demás a usted le trae al pairo incluido el rango de la plaza.

Sigamos, profundo respeto a todos los que comparecen en esta plaza y se juegan la vida y muchas cosas mas;  difícil alcanzar un trofeo, algunos,  muchos de ellos reciben una cornada son cogidos y nunca sabremos que heridas duelen mas; así que con esto no se juega, mucho menos el que suscribe,  si se han cometido equivocaciones a uno no le duelen prendas en pedir disculpas;  pero desde luego que a nadie le quepa duda de que  aquí no se discrimina por el oropel del escalafón o categoría alguna.

 Por ultimo,  sepa  el señor firmante del libelo,  que  un servidor no tiene  apego a silla alguna, aunque si mucho respeto y devoción a esta mientras dure el tiempo de servirla-este tranquilo que aquí todos estamos de paso-;  pero dentro del rosario de majaderías vertidas contra el firmante,  hay una de tono grueso;    mire,  el firmante no  pide protección policial por ejercer sus funciones, un Presidente dirige y da instrucciones a la dotación de servicio a través del Delegado Gubernativo según las funciones reglamentarias y protocolo establecido y desde luego niego rotundamente que cursara cualquier orden o diera instrucción en ese sentido para exigir escolta o protección  alguna el día de marras; entre otras cosas, porque el que suscribe esta acostumbrado a dar la cara, asumir sus responsabilidades y no eludir conflicto alguno, - casualmente también es su oficio-
A lo mejor y vista la reacción de algunos exaltados en el patio del desolladero, de lo que si hay que proteger a esta plaza es de algunos zafios en forma de críticos y del exceso de ardor de algunos pobladores de autobuses poco dados a respetar  el escenario en que se encuentran 
Fdo: Julio Martinez Moreno
DNI: 04534433Y


Sobre un ridículo toricidio en Bilbao


Click sobre la imagen
La historia es harto conocida: siendo un torero de tirón extraordinario en América, El Juli se negó a torear en Quito tras la abolición de la muerte del toro en el ruedo. La feria cayó en cuestión de un año, rellena de fandis y medios carteles que no atraían al aficionado. El Juli, con la soberbia de un emperador que tiene a América como su patio trasero en invierno, adujo que no toreaba en Iñaquito porque era un matador de toros, y por el mismo motivo se niega a torear en Portugal. ¿Matador de toros? Matador, como vocablo que se diferencia de matarife, asesino, matón y demás, denota a la persona que deja al toro matado antes de que el animal toque tierra, sea doblando o rodado. El toro, antes de morir, está muerto, esa es la acepción ligada al vocablo. Dejar al toro matado, se ajusta a parámetros técnicos y éticos, que parece mentira tener que enumerar para la afición taurina que saca sus pañuelos ante crímenes como el de la foto: matar al toro, colofón del ritual, implica igualarlo o ponerlo en suerte (en decires del siglo XVII, que luego se filtraron a la suerte de varas), marcar los tiempos como manera de colocarse entre las astas, disponiendo la muleta con la mano izquierda alineada al morro del animal, y la espada en la derecha en lo alto; citar con un toque, un grito, un lanzamiento del cuerpo y, fundamentalmente, TOREAR esa embestida del toro con la mano izquierda, evitando la cogida, pues se va ciegamente a los pitones, para lo que es necesario hacer una cruz con los brazos, el derecho estirado, el izquierdo como los travesaños del madero, toreando la embestida del toro hacia  la derecha dándole salida; en la cruz, se debe torear la embestida pero al mismo tiempo clavar la espada en el morrillo en el momento de la reunión, exponiendo el cuerpo; aquí está en suspenso la integridad de ambos cuerpos. Luego, salir hacia el rabo del toro, aunque realmente se llegue hasta el costillar; salir, salir limpiamente, con los dedos untados de la sangre del morrillo, que luego se mostrarán ritualmente en lo alto.

La estocada entonces sirve como una moralidad al demostrar que el torero arriesgó su vida por quitársela al toro: sin exposición, sin riesgo, sin verdad, la estocada sería una matacera injustificable, un sinsentido. Por lo que lo anteriormente descrito se separa radicalmente de lo hecho por El Juli en Bilbao ante un mal toro de El Pilar, y por lo que el llamado Julipie es un ventajismo abusivo donde los haya, cuando el único riesgo para el torero es una ridícula caída: julipie, defendido inmoralmente por rápsodas como José Morente, acto de abuso consistente en matar un toro sin arriesgar un huevo, citando como se pueda, tapando la cara del toro, ciego con la tela, en lugar de torear su embestida (eso hace la supuesta muleta más poderosa del escalafón), salirse de un salto absolutamente de la suerte mientras se vuela lejos de los pitones, y clavar a toro pasado, sin exponer los muslos, los riñones, la arteria femoral ni el hígado ni la vergüenza. La negación de la estocada es El Julipie. No se trata de matar al toro como se pueda, buscando efectos mortales de triste ejecución: una estocada a mitad del costillar deja al toro fulminado en cuestión de segundos, lo mismo que una estocada en el Rincón de Ordóñez lo hace doblar de manera efectiva; pero si ambas cosas, lo mismo que matarlo a tiros desde el burladero, nos resultan repugnantes, es porque la ética de la estocada no depende tanto de la rápida muerte como de la exposición del torero al matar. Si ambas coinciden, el ritual ha tenido un sostén ético en el sacrificio: la muerte expuesta y efectiva. Quiten un elemento, y no es sacrificio digno.

Por lo que también hay que saber diferenciar entre Antonio Ordóñez y El Juli: ambos, tan pésimos en la espada, pero Ordoñez con la vergüenza en la cara para reconocer que lo hecho con los aceros no era lo suyo. En entrevistas y conversaciones con Hemingway, Zumbiehl, Gómez Pin y Vidal, el torero de Ronda reconocía que la muerte del toro era una pena para él, por lo que no se esforzaba en hacerla (cosa también clave para entender la relación ética de sacrificar al toro, y hacerlo bien). En cambio, El Juli abandona Quito sacando pecho como matador de toros, denostando la memoria de Costillares, de Agüero, y se niega apoyar una feria necesitada de su tirón. Luego tira al toro de manera ridícula, y cuando no, se tira él al suelo.






viernes, 26 de julio de 2013

Sobre el falso temple al torear


Hemos analizado con anterioridad la naturaleza del temple como atributo estético del toreo. Entonces concluíamos que el temple es una operación, no un resultado, y que la introducción del cánon belmontiano de dicho atributo, añadió al toreo su dimensión artística actual. Templar, decíamos todos, es reducir la velocidad de la embestida mediante las telas, en un acto soberbio de mando y de metafísica. Sin embargo, también denunciábamos el falso temple: aquel que es producto de los toros lentos, en cuyo caso no hay proceso [de templar] sino lógica: al toro lento, el muletazo lento, pero en ningún caso el templado.

A la anterior condena cabría añadir dos conceptos autorizados: uno,el de un torero de época como Paco Camino; diremos que su autoridad se sustenta en haber disputado su época con El Viti, Puerta, Cordobés, sí, y con el toro. Puede presumir una puerta grande en Madrid con toros de Pablo Romero, y una Beneficencia solo. Eso lo puede presumir, y entonces le creeremos. El otro concepto, es el de José Bergamín, el fantástico escritor que despliega un virulento ataque contra Belmonte en su libro El arte de Birlibirloque. El ataque no es otro que el de la condena al temple y la lentitud: torear despacio es lánguido, afeminado, dice Bergamín, pues el toro bravo es veloz y fiero.  Reproducimos los dos conceptos a continuación:

"Yo creo que el temple ha sido un camelo total...El temple es acomodarse a la embestida del toro, no es una cosa que puedas imponer o crear. Claro, si te echan una burra que embistiendo hace dos metros en medio minuto, tu pase puede durar medio minuto. De otra forma, no es posible. Date cuenta de que a mi siempre me gustaron los toros crudos que los toros parados. ése no es el caso de todos."
Paco Camino citado por François Zumbiehl en El discurso de la corrida.

Y  esto añade Bergamín en su El arte de Birlibirloque: "La falta de poder y bravura, de años,  de casta, resta al toro el ímpetu en el empuje: le hace tardo, medroso y suave en la embestida, lo que permite al torero pasarlo lento y eludir el peligro del cruce, simulando ventajosamente, en ralenti, una ilusión de suerte: lo que llaman temple, templar; efectivimos sin expresión ni estilo; amaneramiento afeminado, retorcido, lánguido, falso; latiguillo fácil para el torero como un calderón o un portamento, y espejuelo de tontos; porque el único que templa es el toro."

Y para darle una realidad audiovisual a estos dos conceptos expuestos:



Hay que anotar sin embargo: no se niega la existencia del temple, sino que se refuerza la condena contra el falso temple, y en consecuencia, el falso bien torear, solo posible con un toro al que Bergamín gustaba llamar "desbravado". Sus ataques contra Belmonte en el fondo son una reivindicación a Joselito El Gallo, cosa que por supuesto llama la atención al joven aficionado, que ha entendido la historia del belmontismo y el gallismo, como algo reconciliado para los siglos en una época que se recuerda dorada, y como tal, se añora sin límite.



De aquella época, se entiende que el toreo se bifurca en dos facciones estéticas, transformadas ambas por el genio de Juan y José, pero también, que ambas se contraponen fundamentalmente por que en una hay quietud y lentitud, y en la otra, toreo de piernas y rapidez. Una es la exclusión de la otra, comentario que no peca de obviedad en esta época, pero sí en aquella. Hoy, el toreo descalificado es aquel donde el torero corrige sus sitio, pajarea, y pega el muletazo rápido. Se dice entonces que el toro no deja estar, y que el torero no sabe estar, y que eso no es torear. Pero si en Joselito lo fue, ¿por qué ya no es torear?, inri, asistimos además a una época donde todas las grandes hazañas del toreo, altamente mediatizadas por los medios pagos, coinciden en la insultante maestría de una figura y la lamentable condición de un toro.

Es aquí donde nos reconciliamos con el concepto de Paco Camino: el toro lento para el toreo lento, es además el suicidio del cánon de Belmonte. Ni sus hitos con toros de Montepío, Contreras, Martínez o Miura, estuvieron 'anti protagonizados' por la escasa importancia del toro. El temple entonces fue real, y su introducción estética en la historia taurina, valiosa. A lo que asistimos entonces no es más que a la negación del cánon de Belmonte, y la negación del cánon de Joselito. ¿Pero es posible sostener una mentira teatral ante la verdad de las astas, las cornadas y la muerte? La respuesta es un desmedido y enfático sí. Sí puede haber trampa en un sistema cuyos intereses están controlados desde la ganadería hasta el palco presidencial. Sí se puede vender una mentira que se hace reverberar en todos los medios y bocas, y hacerla lucir como una verdad innegable, como en un suerte de sugestión; la mentira entonces es doble: que este toro era de indulto, y que este torero lo templó.

viernes, 14 de junio de 2013

Un muletazo de El Juli para la posteridad


"Bajando hoy por la Calle Nueva de Almada, me fijé de repente en la espalda del hombre que bajaba delante de mí. Era la espalda vulgar de un hombre cualquiera."
Fernando Pessoa, Libro del Desasosiego.

Y sí, recordando en su natalicio al inmortal Pessoa, hay que hacer relación, como del cielo al cerdo, y hablar de este muletazo, cuya foto, hecha por un tal EL BOMBA, hace revuelo dentro de la afición contemporánea. Es El Juli en Aranjuez: una faena ante un toro discreto a todas luces, que hizo las delicias de la afición torerista (ya que el animal no importa), rematada además con una estocada defectuosa que produjo derrame al toro, y que fue premiada con las dos orejas del animal, mientras al mismo tiempo en Madrid, unos 18 hombres se jugaban la vida con la importante corrida de Adolfo Martín

Pero de estas tristezas está tejida la vida. ¿Qué es lo que interpretamos del muletazo los que rechazamos este mantazo barredor, alisador de los granos de arena,  o quienes ven en él una cumbre del toreo poderoso? Es evidente que la mano baja, tan baja que incluso arrastra más de la mitad de la muleta por la arena.

¿Es poder, el toreo por abajo,  la cumbre en los abismos? ¿Por qué bajar la mano de tal manera, pretendiendo significar algo? Bien, para empezar, y tal como se detalla en el video de este impase, lo que hace El Juli es presentar de manera rastrera la muleta, pero remata por arriba el muletazo, no siendo esto cosa rara en él, ya que en más de una década de alternativa, pocas veces ha rematado un pase por adentro; pero volviendo, en este caso lo que hace es presentar un chiro lleno de arena que al final del muletazo, cuando mande al toro para afuera, levantará a media altura, así que este mito del "toreo por abajo" no puede ser cierto, a menos que el toreo por abajo signifique solo citar, y no dar el muletazo completo bajo un mismo concepto. Esta imagen lo detalla mejor:

1. El cite, sepiamente inmortalizado por EL BOMBA, la muleta rastrera, el mítico animal acudiendo con fiereza al cite. 2. Desarrollo del muletazo, ya sin la muleta tan abajo. 3 "Remate" del muletazo, mandando al toro para afuera con la muleta muy arriba. La tirilla demuestra que en realidad el muletazo, si se entiende por este su desarrollo y remate, y no solo el cite, NO ES POR ABAJO. ES TOREO A MEDIA ALTURA, SIN MÁS.
Entonces, distinguiendo claramente que lo hecho es un cite por abajo para rematar por arriba, mientras la ortodoxia dicta que el toreo es de arriba a abajo, de cite alto y remate bajo, esta imagen, retratada para la posteridad por ese Juan Pelegrín del sepia, EL BOMBA, no es más que una pavada.

Pero sin embargo nos plantea una interrogante: ¿y si realmente este portento del toreo diera el pase citando, embarcando, toreando y rematando en la pala del pitón contrario el muletazo, PERO TODO POR ABAJO, COMO MUESTRA LA INMORTAL Y SEPIA IMAGEN DE EL BOMBA? ¿Qué demostraría aquel imposible, plasmado ante la brava embestida de estos animales que, como el de la foto, lucen un peso de 555 kilos en la tablilla, pese a que, a buen ojo de observador, estaría hasta 100 kilos por abajo? 


Para empezar, lo que demuestra este muletazo de Mario Carrión, es que incluso siendo un torero alto, para torear por abajo no hace falta retorcer o romper la figura de manera antiestética y poco natural, siendo que el toreo persigue la naturalidad. El Juli, igual de alto al reventador amargado, no necesita delinquir con el codilleo o el rompimiento de cintura, como sí lo necesita Perera, pues un torero bajo solo tiene que pegar el muletazo en la mitad del muslo, como de hecho lo muestran las imágenes 2 y 3 de la tirilla arriba expuesta. Así que el alarde de bajar la muleta hasta dejar la mitad del paño en la arena, es solo un engaño, y ganas de mostrar la espalda vulgar de un hombre cualquiera. Lo preocupante del asunto, es que estas disposiciones estéticas de El Juli, de querer posar para EL BOMBA en sepia para la posteridad, y  luego dar un muletazo absolutamente distinto al concepto, le puede acarrear a él, y a la historia del toreo, un gran problema de espalda:



Aún con todo, considero que esta clase de muletazos, tan glorificados por un batallón parido por Jose Morente, plantea un problema estético más que de "poder al torear". Incluso puedo explicarlo con la siguiente foto de Castaño con el toro Marinero de Adolfo Martín, el toro más bravo de San Isidro, toro que además se perdió ese exquisito rompimiento por abajo, al salir en Madrid y no en Aranjuez:


De esta imagen se desprenden varias cosas: la primera, que ejecutar el muletazo con la mitad de la muleta en la arena, es renunciar a los vuelos de la muleta, o también, al aspecto visual que resulta de hacer volar la tela. Otra, que el toro bravo va a los vuelos de la muleta, o sea, a la bamba o parte inferior de ésta, por lo que es falso de toda falsedad, que al toro bravo haya que bajarle la mano en exceso para domeñarlo en el aspecto de la altura de sus cuernos: el toro bravo HUMILLA por sí solo. La siguiente, que para lograr una estética apreciable, no hay que partir ni retorcer la figura: todos los toreros tienen un modo de torear, que va desde el barroquismo corporal de Morante, hasta la renuncia al cuerpo de Juan Mora; y sin embargo, retorcer la figura es un esperpento visual que a Valle-Inclan no le hubiera gustado, en últimas porque hay ausencia de naturalidad y un exceso de histrionismo sin un fondo conceptual (ya sabemos que terminará subiendo la mano durante y al final del pase). 

Otra, que quizá El Juli tenga que citar de tal modo, ofreciendo al campo visual inferior del toro una tela en el piso, porque está tan fuera de cacho que no puede encelar al animal de otra manera: se sabe que el toro ve mejor las cosas que aguardan en el suelo, y no las de arriba; por ello es común ver a los toros embistiendo a las monteras cuando se las topan, y no es común verlos tirando una cornada a la espada durante el pase natural. ¿Qué puede suceder si El Juli retuerce de esta manera su columna, pero cruzado, o "semidefrente", o dando el medio pecho? En últimas: ¿Mandar es bajar la mano, siendo que el toro es quien debe por sí solo humillar debido a su bravura, o realmente el poder, el mando y la autoridad, se refieren a llevar al toro por donde éste no quiere, o sea en curvas? Con El Juli, torero de líneas y pases desde y hacia afuera, hablar de poder insultante es quizá algo a lo que debamos renunciar.

¿Por qué se le baja la mano a los toros? Para bajar con ellos hacia su bravura, y para hacer de esta equidad, un punto desde donde se haga el toreo. Si se da un trapazo, así sea con mano baja, sigue siendo un trapazo. 

Queriendo terminar, dice un verso de Pessoa: "posteridad que ya se olvida para siempre", y con razón es dicho. De tal posteridad es el pase de El Juli, sepiamente inmortalizado por EL BOMBA, para la posteridad del olvido. Por cierto, toreo por abajo, de todo tipo y factura, y del puro, es este:

Teruel en Madrid

Beato y Esplá, para gloria del toreo.

Fandiño en la Santamaría de Bogotá


Robleño en su encerrona en Céret con toros de Escolar