lunes, 6 de mayo de 2013

Algunas incorrecciones en la interpretación del toreo en América




"Torero valiente y toro bravo"- Lagartijo, Siglo XIX.

No se puede evitar decir algo sobre las incorrecciones a la hora de torear luego de ver cómo la prensa, desde luego prepagada,  ha vendido la feria de San Marcos en Aguascalientes como una feria atravesada por grandes faenas, incluso de rabo, que siempre se ven eclipsadas por pinchazos, con lo que el marcador ha bajado tanto como la presentación de un toro lidiado por figuras.

Desde luego que aceptamos el pontificado oficial, según el cual TODO lo que se hace con un toro tiene mérito, valor, y es difícil, y ha de ser respetado. El anterior pontificado al parecer obvia la trampa, pero aceptemos que un ventajista tramposo incluso puede sufrir cornadas, cosa para lo que El Glison está dispuesto a dar testimonio, tras sus incursiones de torear en calzoncillos alguna que otra vaca en una playa mexicana, otro punto de inflexión de la cultura taurina, como la creación de las castas fundacionales, o la serie de naturales de Chicuelo en Madrid durante aquel  1927, cuando realmente nació el toreo en redondo y quieto.

Aceptando pues que todo tendría una presumible verdad, el problema radica en que los públicos ignorantes y festivos, rugen con una fuerza desesperada ante algunas trampas que contravienen el buen torear, esto es, reemplazan el buen torear por el vulgar torear, de ahí que un pase cambiado por la espalda haga rugir con un olé histérico a una plaza, más que una serie de naturales bien hechos, cuando perfectamente debería ser al contrario: el toreo puro, el más difícil, el de la verdad, ser el que haga temblar, el que produzca la aparición del temblor sagrado que produce el toreo eterno, no el vulgar.
Como es tema harto molesto, vamos a machetearlo y decir cosas sobre 3 incorrecciones.

INCORRECCIONES A LA HORA DE TOREAR

En un descomunal derroche de valor; el toro, como alguien ya dijera, era tan manso que ante este irrespeto de los terrenos, siendo el irrespetuoso un torero, supongamos, El Juli, el toro hizo por él pero era tan malo que le pegó un hocicazo: ni siquiera sabía para qué eran los pocos pitones que tenía.

EL ARRIMÓN: consiste en la noble tarea de arrimarse al toro lo más posible, hasta provocar la inverosímil situación consistente en que las puntas de los cuernos rocen los muslos del torero tras lo cual el valiente torero dará el muletazo. Estas aproximaciones, casi metafísicas, para la mayoría del público de América, en especial el mexicano, pasan como el auténtico torear; no es por otra cosa que, por ejemplo, incluso en la mismísma Nuevo Progreso de Guadalajara, durante la corrida en la que el maestro César Rincón se despedía de los ruedos de México, alguien le gritara desde el tendido ARRÍMATE CABRÓN, cuando el maestro le daba distancia al toro y lo dejaba venir de lejos. Si esto pasó en Guadalajara, en el resto de plazas la situación deriva hacia la vergüenza. El toro que le tocó en suerte a Rincón, llamado “7 puertas” (homenaje a sus siete puertas grandes en Las Ventas de Madrid, aunque al parecer todos, salvo el ganadero de ese toro mexicano, solo conocemos 6 puertas grandes -4 en el 91, 1 en el 95, 1 en el 2005-), tenía condición de bravo y por ello había que darle distancia, dejarlo venir de lejos, y pegar el muletazo en sus 3 tiempos: citar, embarcar y rematar. Precisamente esto es la antítesis del arrimón, donde los 3 tiempos del muletazo se reducen a uno solo. El muletazo del arrimón no tiene cite, ya que no tiene distancia entre el torero y el toro, por lo que pierde la mitad de su valor. En cualquier caso, lo molesto del arrimón es que se vende como oro puro, cuando en realidad es agua sucia, expliquemos: se cree que el torero capaz de arrimarse “como perro enfermo” al toro, hace un alarde de valor inimaginable; en honor a la verdad hay que decir precisamente la verdad, y la verdad es que el toro tiene una visión horizontal, no periférica ni vertical, por lo que el torero al arrimarse, y taparse con la muleta, es prácticamente invisible para el toro. Durante el arrimón, el toro ve un gran campo de tela clara, pero nunca al torero. Lo contrario a esto es el muletazo del toreo puro, donde se cita al toro de lejos, pues lo difícil es dejarse ver por el toro y aguantar firme su arremetida de bravo, con lo que para evitar ser arroyado hace falta TOREAR.

 El principio de la distancia en el cite, tan preconizado por el maestro Navalón, es totalmente negado cuando el toro tiene la cara tapada y su recorrido es poco. Desde luego que el recurso del arrimón no solamente es despreciable por cuanto mentiroso con respecto a la verdadera valentía, hay que recordar que arrimarse es válido si se hace a la usanza de José Tomás o Diego Urdiales (absolutamente cruzado a pitón contrario), o como el maestro Dámaso González (encunado en la mitad exacta de los dos pitones, y con toro-toro) ya que el toro sí ve al torero en esos casos. Resulta entonces que lo despreciable del arrimón es que sea precisamente un recurso que deviene de la poca casta del toro lidiado, o sea, supone una indignidad cuando la negación de la bravura y la negación del buen torear, tienen que ser reemplazadas por este toreo vulgar, fuera de cacho, a toro ciego y con la mentira del falso valor.

Sin embargo, es necesario reconocer que el sitio donde más se valora positivamente el arrimón es en México, hecho auto evidente. Cuando el fenicio Heriberto Murrieta dijo en un alarde –ese sí- de valentía que el problema general de la cabaña brava mexicana es “la falta de fuerza en todos los toros”, tiene toda su boca llena de verdad como nunca la ha tenido, salvo que no hay que generalizar, pues en realidad no es toda la cabaña brava, sino solo los hierros lidiados en las plazas mexicanas, que están allí por un circuito mafioso de exigencia de figuras y compadrazgo de los empresarios. Resulta que además de poca fuerza, el toro mexicano de las plazas es feo y manso, y en algún momento deja de embestir, se para sin fuerzas y la única lidia posible es el arrimón. Antes que ser vendido lo anterior como el gran toreo, debería ser signo de vergüenza para el ganadero, el empresario, y el torero que lo exigió. Por desgracia, ante arrimones vulgares y mentirosos en su falsa valentía, tenemos un público que ruge de manera desesperada cuando el arrimón ocurre, creyendo que hay valor y toreo en esto. Por ello, tenemos titulares tan lamentables como “Cumbre de El Payo en Aguascalientes, arrimón de miedo”.
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No es toreado con profundidad el toro durante este cambiado por la espalda. Semeja a un pase para cuadrar en tentadero.

CAMBIADOS POR LA ESPALDA: este pase consiste en la noble acción de pegarle el muletazo al toro dándole salida por la espalda del torero, por lo que los pitones no pasarán rozando los muslos sino las mismísmas posaderas del valiente torero. Desde que Castella lo hiciera famoso en su faena del 2008 en Madrid, la mayoría de toreros en cuanto ven que el toro embiste rectamente, deciden iniciar así su faena; en América, y en especial en México, se ve una variante, consistente en el cambiado por la espalda durante una serie de “arrimón”; debido a que el toreo del arrimón es tan pésimo, en ocasiones el toro queda descolado y el torero también hasta el punto en que el toro no queda frente al torero sino fuera de órbita, atrás del torero; es entonces cuando el torero solo tiene que sacar la muleta por la espalda y el toro va, produciendo un olé desgarrador y desesperado, con puñetazo en la barrera incluido, pues si a la supuesta valentía del arrimón se le suma la supuesta valentía de pasarse el toro por la espalda, tenemos a un torero valentísimo, capaz de enfrentar talibanes armado con una cuchara de Bon Yurt.

Desde luego que es un alarde de valor falso por varias razones, entre ellas que para hacerse el torero debe estar puesto absolutamente de perfil, y el toreo perfilero siempre será más fácil que el semidefrente, donde para el toro hay más torero que ver. Entre otras cosas, este pase semeja al del Celeste Imperio, o ayudados por altos: así se denominó esta clase de pases al recordar en su mentira a las baratijas que venden los chinos en todo el mundo. Esta clase de pases lineales, sea de frente o por detrás, no obligan al toro y no constituyen un riesgo mayor para el torero que confía en que el toro embiste rectamente. Como se está fuera de cacho y se alargan los brazos hacia afuera, ni de chiste el toro pasa realmente cerca del torero. Si a eso se le suma la introducción mexicana, de intercalar el cambiado por la espalda en una serie de arrimón, tenemos un producto al que no se le pueden sumar más mentiras: fuera de pitón, con el toro yendo rectamente, con el muletazo alejando al toro del cuerpo, y despreciable en su falsa valentía.

Si el cambiado por la espalda no fuera sacando la muleta por la espalda, sino pegando el pase corrientemente de frente, sería idéntico a pegar un mantazo de tentadero, donde el toro embiste rectamente y la acción no se limita a citar, embarcar, rematar ni hacerlo templado, sino simplemente hacer que el toro no toque la muleta alzándola,  y hacer así que el toro salga despedido sin haber sido toreado, que es lo difícil. De hecho eso hasta lo hizo Andrés Calamaro en aquel famoso tentadero con las figuras. Desde luego que esto no es toreo, y encarna una falsa valentía. Sin embargo, hay cambiados por la espalda honestos, tanto como estatuarios de frente: hay honestidad cuando se torea dejándose ver del toro cuando este arranca de lejos; hay honestidad cuando, por ejemplo, lo hace Castella bien, citando al toro del lado derecho y cambiándole el terreno para que pase por el lado izquierdo y salga por la espalda del torero habiendo pasado del perfil delantero al perfil trasero. Se conoce como péndulo, lo hizo Castella en aquella faena de Madrid, y es toreo porque se cambia con poder la trayectoria del toro. Si es con un toro que ya está ubicado en el lado izquierdo del torero que saca con la mano derecha la muleta por la espalda, no vale nada.

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Esta abominación estética llegó a ser el delirio de las masas cuando el toreo perdió todos sus valores eternos en el escalafón superior.
PASES CIRCULARES: consisten estos en la noble labor de hacer describir al toro un círculo en derredor al cuerpo del torero, citándose de espaldas o por una cadera, hecho que produce gran regocijo y un clamor histérico en dos tiempos ( ooole, ooooooole) en los públicos de América, pues no olvidemos que en nuestro continente, salvo honrosas plazas, se grita olé desde el cite. Antes, los criterios para indultar un toro versaban sobre su comportamiento en el caballo, su fiereza en las banderillas y su recorrido, codicia y nobleza en la muleta, además de los terrenos; de un momento a otro, se empezó a considerar a Paco Ojeda como un torero que se podía igualar a El Viti, y desde entonces los pases circulares son el primer criterio para determinar un indulto, pues en cuanto un anodino animal se traga 4 de estos pases, se cree que es una apoteosis de bravura y se ronca olé al mismo tiempo que se bate un pañuelo solicitado la gracia al toro.

El pase circular es una mentira en dos sentidos: el primero, es un pase de alivio, a media altura y que no supone gran rompimiento para el toro, por lo que para él es fácil ir a jugar la rueda-rueda tras la muleta. De ahí que sea común al espíritu del pase circular que nazca ante la negativa del toro a embestir por un pitón, es entonces cuando el torero empieza a darle la espalda despacio y le presenta la muleta al otro lado, a media altura, sin reticencias, y el toro va. Es falso entonces al no suponer un toreo profundo, pues es de recurso, aliviado, un pase en el que el toro cree que ya no se le obliga a estar sometido, y va hacia el otro lado sin problemas. Entonces, la mentira del pase redunda en su mala interpretación, pues en ningún momento, y he ahí el segundo sentido de la mentira, puede considerarse bravo a un toro que vaya en círculos si estos son a media altura, hacia adentro y tras negarse a ir por el pitón donde se le citó anteriormente, aunque como señalamos, este infeliz hecho es considerado como causal de indulto, y no solo en México o América.

Un hecho que me impresionó de la gravísima afición de Céret, fue que durante la encerrona del maestro Robleño con Escolares el año pasado, el maestro intentó hacer un pase circular y el público lo pitó: fueron los únicos pitos de la brava encerrona. El maestro desistió de inmediato y se puso a cambiarle el terreno al toro, dándole las afueras y ligando una serie de grata recordación, SIN CIRCULARES.

Con lo dicho, la perversión del circular se revela en que además de aportar un toreo que no es profundo, logra incidir en la decadencia de las cabañas bravas del mundo. No hay duda en que hay una relación directa entre el pase circular y la concesión de tanto indulto barato que llena los campos bravos de sementales descastados, que en cuestión de varias generaciones agotan su pozo y echan a arruinar toda una ganadería, e incluso toda una cabaña brava, si atendemos a la realidad de los toros lidiados hoy en América.


A MANERA DE DESPEDIDA
Creemos pues que una tauromaquia sustentada además en la falta de profundidad y de toro, y que se apoya en una mentira que va desde la falsa valentía hasta la afectación directa de las ganaderías, desde luego es penosa. Por eso, las faenas de Morante, El Payo y Macías en la actual feria de Aguascalientes, son una vergüenza profunda, con cargas de profundidad sobre un público que lo mismo le da un mantazo que un buen muletazo, pues terminarán valorando lo superficial del arrimón, el cambiado por la espalda o el pase circular por encima del toreo de verdad; tauromaquia entonces febril que no tendría nada de inofensivo si no necesitara precisamente de un toro manso, y además de requerirlo así, devolverlo indultado a la ganadería cargado de kilos y mentiras en lugar de pitones.

Cambiar el toreo de la verdad, el auténtico y el profundo, y en nombre de la variedad por estas memeces facilístas, desde luego es derecho del aficionado, ¿pero cambiar el sistema de valoración del toreo y el toro, hasta el punto de afectar los triunfadores de las ferias, las preferencias del público y por ello la planeación de los carteles, y la cabaña brava? Alguna voz de protesta debe levantarse, así sea esta ridícula mía. 

Click. Del blog La Fiesta prohibida: todo lo contrario al toreo vulgar; cite e inicio de serie del maestro Ricón en Bilbao

Y EN AMÉRICA, LOCURA GENERAL ANTE FAENAS SIN SITIO Y MEDIOCRES, INCLUSO MORANTE
Monumental de Aguascalientes, Feria de San Marcos 5-mayo-2013 from Suerte Matador TV on Vimeo.

Monumental de Aguascalientes, Feria de San Marcos, 4-mayo-2013 from Suerte Matador TV on Vimeo.